Caballero Blanco: Los mexicanos no mordemos

La cinta estelarizada por Tom Sizemore y Olga Segura, es una melcochosa historia aleccionadora que funciona si se tiene ganas de ver una comedia ligera y dominguera.

Fecha: 6/12/2011
Publicado originalmente en Proceso.com.mx

La cinta dirigida por Jesse Baget y estelarizada por Tom Sizemore y la mexicana Olga Segura, es una melcochosa historia aleccionadora que funciona si se tiene ganas de ver una comedia ligera y dominguera.

Caballero blanco (Cellmates, 2011) cuenta la historia de un líder del Ku Kux Klan, Leroy Lowe (Sizemore) quien es sentenciado a tres años de prisión en una especie de granja de rehabilitación donde se cosechan papas.

El director del lugar, Merville (Stacy Keach), para darle una lección de vida a Lowe, lo hace convivir con su peor pesadilla: un mexicano caricaturesco y torpe llamado Emilio (Héctor Jiménez), quien cree que su falta de éxito se debe a su cabellera rebelde.

Lowe deberá aprender a convivir con su enemigo natural, mientras sus amigos del  Klan le van dando la espalda, y mientras una bella trabajadora de limpieza mexicana, Madalena (Olga Segura), le va haciendo ojitos.

No hace falta una bola de cristal para saber que Lowe se enamorará de Madalena, lo que hace de la cinta algo bastante predecible. En ese sentido, el cómo es lo que importa.

Con todo y lo predecible del asunto, Caballero blanco resulta entretenida, a secas, gracias a los momentos cómicos resultantes del antagonismo de Emilio y Lowe; y bonita,  debido al romance telenovelesco entre el exlíder del Klan y la sirvienta mexicana. Por cierto, Sizemore, Jiménez y Segura, hacen muy buen trabajo.

Si el ritmo no bajara tanto en el segundo acto, podríamos hablar de una cinta light bastante efectiva. Así que todo se queda en “pasó de panzazo”.

Llama la atención el hecho de que varios mexicanos metieron mano en la producción de la película; en parte porque Caballero blanco marca el inicio de Producciones a ciegas (con un presupuesto de 2 millones de dólares), en donde participa la misma Olga Segura,  sino también por el hecho de que se utiliza a un estereotipo del buen salvaje para vencer al estereotipo del mexicano ilegal que va a quitarle trabajos a la gente blanca, buena y trabajadora. ¿No había otra forma de romper al estereotipo más que con una angelical belleza exótica y con un sujeto baboso e inocente?

Caballero blanco tiene muchas probabilidades de ser un proyecto redituable, no exageradamente, pero si lo suficiente para significar la permanencia de Producciones a ciegas, al menos por otro proyecto más, lo cual es una buena alternativa para el cine mexicano.

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